Los alimentos procesados y tu columna

Los alimentos procesados son fundamentalmente alimentos que han sido alterados de alguna manera, ya sea a través de la adquisición de conservadores o aditivos para su preservación o algunos de los ingredientes se concentran con el mismo propósito.

Antes de más dudas sobre en que se relaciona esto con la columna se resume en una popular enfermedad: La obesidad

Existe una gran confusión con los consumidores sobre qué cosas son realmente saludables, y la publicidad no hace más que empeorar la confusión y solo benefician a las grandes empresas.

obesidad y columna

Por ejemplo, los productos que anuncian en su etiqueta frontal que no contienen azúcar, aún contienen muchos aditivos, que les permiten mantener su textura, forma y aspecto por meses o años.

Estudios recientes señalan que los sustitutos de azúcar engañan al cuerpo y causan el mismo efecto que las grandes cantidades de azúcar.

Dejando de lado la falsa publicidad sobre los alimentos saludables, es un hecho que el jarabe de maíz de alta fructuosa se ha convertido en el endulzante preferido porque es más barato, sobre todo en EE.UU.

En general los alimentos procesados también se han conectado a graves problemas de obesidad. Una importante cantidad de problemas de columna están vinculados a la falta de tono en los músculos que sostienen toda la estructura vertebral: que van desde las piernas, los glúteos, el abdomen y los erectores de la columna. La falta de tono es un problema común de las personas con sobrepeso.

Otra mirada al problema es desarrollo y el progreso de enfermedades como la escoliosis, y los problemas relacionados. Muchos de los alimentos procesados no incluyen calcio. El calcio es uno de los factores que sin duda necesita para un esqueleto en desarrollo.

El esqueleto conserva alrededor del 99% del calcio que se consume, y prácticamente la mitad del desarrollo del esqueleto puede tener lugar en la adolescencia. Esto significa que el bajo consumo de este mineral durante esta etapa causa una alteración negativa.

En conclusión, nos encontramos con una variedad de correlaciones. Tanto el sobrepeso como la obesidad mórbida, aportan un peso extra (anormal) diferente al que está diseñada nuestra columna; esto puede implicar hernias de disco, y deformaciones; igualmente el sedentarismo vinculado estrechamente a la obesidad implica una falta de tono muscular, así como la deficiencia de calcio también son aspectos vinculados a una serie de enfermedades de la columna, entre ellos la escoliosis.