Los adecuados cuidados de salud en los ancianos: un reto y un derecho

La salud es fundamental para el bienestar de las personas, especialmente cuando se llega a la vejez. El envejecimiento de la población es un proceso natural que refleja el progreso social y económico, pero también plantea nuevos desafíos para garantizar una calidad de vida digna para las personas mayores. En este panorama resulta muy influyente el gran trabajo que hacen en las residencias de ancianos.

Se suele considerar que una persona es mayor cuando tiene 65 años o más, que es la edad de jubilación legal en la mayoría de los países. El retiro puede llegar a ser un cambio significativo en la vida de las personas mayores, quienes por lo general han mantenido vidas activas y dedicadas a contribuir de forma decisiva al desarrollo y al progreso de la sociedad, a través de su trabajo, su experiencia, su conocimiento y su participación. Por ello, merecen respeto por parte de todos los sectores sociales.

España es uno de los países con mayor esperanza de vida del mundo, lo que refleja el nivel de salud y bienestar de su población. Este aumento de la longevidad es una buena noticia, pero también implica un reto para el sistema sanitario y social, que debe adaptarse a las necesidades y demandas de una población cada vez más envejecida. Debido a estas situaciones existen Residencias en Banyoles, especializadas, muy útiles, para todo aquel que busque mantener un ritmo de vida y salud óptimos.

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Los padecimientos más comunes de las personas mayores

Muchas personas mayores viven saludablemente y tienen vidas activas. Pero no hay manera de evitarlo: cuando se envejece, el cuerpo y la mente cambian, por eso es importante saber qué esperar. Algunos cambios son normales al envejecer, mientras que otros pueden ser una señal de un problema de salud, ya que, el envejecimiento conlleva una serie de cambios fisiológicos y funcionales que afectan a la salud de las personas mayores.

Por lo general, las partes del cuerpo que más se ven afectadas con el paso del tiempo son el corazón, los pulmones y el cerebro: los ancianos presentan enfermedades cardiovasculares, que van desde la hipertensión, hasta los accidentes cerebrovasculares; también, están muy presentes las enfermedades respiratorias como la bronquitis crónica, el enfisema y el asma.

Asimismo, las enfermedades neurológicas son consideradas muchas veces como las peores, ya que afectan los sentidos y la percepción de los mayores, las más conocidas son el Alzheimer, el Parkinson y la demencia.

La movilidad también se ve reducida debido a problemas con las articulaciones como la artrosis, la artritis y también aparecen problemas de visión. Además, se acentúan o surgen las enfermedades endocrinas, como la diabetes, la obesidad y el hipotiroidismo.

Ventajas de las residencias para la salud de los ancianos

Cuando las personas mayores no pueden vivir de forma independiente en su propio hogar, ya sea por problemas de salud, dependencia, soledad o falta de apoyo familiar, una opción que puede mejorar su calidad de vida son las residencias especializadas. 

Estos centros ofrecen a los ancianos una serie de ventajas para su salud. Están concebidos para garantizar la seguridad y el confort de los residentes, eliminando barreras arquitectónicas y riesgos de caídas o accidentes. 

La atención médica personalizada es una de las ventajas que ofrecen estos lugares, cuentan con personal sanitario cualificado y disponible las 24 horas del día, que se encarga de llevar un seguimiento y supervisar el desenvolvimiento y estado de salud de los pacientes. 

El personal también se ocupa de ayudar a las personas mayores en las actividades básicas de la vida diaria, como la higiene, el aseo, el vestido, la alimentación o la movilidad. Estas tareas pueden resultar difíciles o imposibles de realizar por las personas mayores que sufren algún tipo de dependencia o discapacidad. 

Las residencias de igual forma se aseguran de brindar estimulación cognitiva y social especialmente planificada para sus huéspedes, ofreciendo actividades y talleres que favorecen el mantenimiento de las capacidades mentales y la prevención del deterioro cognitivo. 

Además, los residentes pueden relacionarse con otras personas de su misma edad y situación, lo que reduce el aislamiento y la soledad, y mejora el estado de ánimo y la autoestima.