El hecho de fumar tabaco afecta mucho más de lo que uno pueda pensar a nuestro organismo, y no solo a los pulmones como habitualmente se indica. Y es que el tabaco afecta de forma significativa al esqueleto, lo que nos lleva a hablarte de la necesidad de saber qué complicaciones puedes tener en este sentido si eres una persona fumadora y debes someterte a una operación.
Las toxinas del tabaco tienen importantes repercusiones en los tejidos del aparato locomotor, y por ello conviene que conozcas el daño del tabaco en el esqueleto para poder así hacerle frente.
Para empezar hay que tener en cuenta que la adicción al tabaco es un problema de sobre conocido, y seguro que en más de una ocasión has visto en televisión, en la prensa escrita o en la radio, entre otros, información y la insistencia de lo nocivo que es fumar para la salud.
Hay que tener en cuenta que el tabaquismo tiene diferentes consecuencias para la salud como que provoca hipertensión, es un factor de riesgo para padecer un infarto e incrementa el riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer, como el de pulmón, vejiga, esófago o laringe. Sin embargo, no se habla tanto de los enormemente perjudicial que es para el aparato locomotor.
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El tabaco y sus consecuencias en el esqueleto y el aparato locomotor
Muchas personas tienen la falsa creencia de que el tabaco, cuando entra por las vías respiratorias, se queda en los pulmones, y que es solo perjudicial para estos, para la tráquea o la laringe, pero su consumo implica mucho más, ya que las toxinas generadas por la combustión del tabaco se reparten por todo el cuerpo.
Para empezar, por culpa del tabaco se ven afectados los vasos sanguíneos, lo que provoca que haya más problemas para la correcta circulación de sangre, incrementando el riesgo de que se produzcan trombosis, infartos cerebrales o infartos de miocardio. También afecta al riñón, a la vejiga y a la vía urinaria, además d ser un factor de riesgo para todos los tumores.
Al viajar esas sustancias tóxicas provenientes del tabaco por todo el cuerpo, el aparato locomotor no es una excepción y se ve afectado, en este caso por un lado por lo tóxico que son estas toxinas por la inhalación de humo y sus consecuencias en los tejidos, como en huesos, cartílago, músculos y tendones. Y por otro, por el aumento del riesgo de complicaciones, sobre todo en el caso de que te hayas operado por una fractura, por haberte puesto una prótesis en alguna articulación, si llevas instrumentación en la columna vertebral, o en cualquier intervención que requiera de un implante.
Cómo afecta el tabaco a la calidad de los huesos
Teniendo en cuenta lo anterior, hay que recalcar que el tabaco es muy perjudicial para la calidad de los huesos, y eso hace que haya mayores riesgos de sufrir complicaciones y problemas en nuestro esqueleto, con todo lo que ello supone. En este sentido, hay que tener en cuenta cómo afecta el tabaco a los huesos y su calidad:
Osteoporosis
En los huesos, el tabaco es un gran factor de riesgo para padecer osteoporosis, siendo aquellas personas que son fumadoras crónicas las que tienen un mayor riesgo de sufrir esta enfermedad que puede tener consecuencias muy negativas a corto y largo plazo.
La osteoporosis supone una reducción de la resistencia de los huesos a los impactos, por lo que las personas que lo sufren están mucho más expuestas a poder romperse un hueso ante un golpe, ya que cada impacto hacer que haya un daño mucho mayor y, un golpe que para una persona puede no ser apenas más que un pequeño dolor, para otra puede llegar a convertirse en la rotura de su hueso, con lo que ello supone.
Además, cuando se produce una fractura osteoporótica, se incrementa el riesgo de que se fura otra más, lo que puede afectar enormemente a la calidad de vida de las personas que la padecen. Por ello, es muy recomendable evitar el consumo del tabaco, ya que tiene efectos muy perjudiciales para la salud, incluido para tus huesos.
Prótesis
El tabaquismo también se encuentra identificado como un factor de riesgo de complicaciones para aquellas personas que llevan una prótesis de cadera, de hombro o de rodilla, ya que estas se encuentran debidamente integradas en los huesos y como consecuencia del tabaco, estos pierden la capacidad para poder integrar dichos implantes.
Esto provoca que haya más riesgo de que la prótesis que se coloque llegue a fracasar por infección o aflojamiento, por lo que también te encontrarás con otro problema que puede llegar a afectar de manera notable a tu calidad de vida.
Consolidación de las fracturas
A los problemas anteriores derivados del tabaco hay que hablar de cómo afecta a la consolidación de las fracturas. Si eres una persona que ha sufrido una fractura y es fumadora, el hueso tiene más posibilidades de no soldar o no hacerlo adecuadamente, lo que puede derivar en la necesidad de someterse a una segunda intervención quirúrgica con aporte de injerto e implantes, una operación que, de nuevo, podría fracasar.
Todo tiene que ver con que el tabaco tiene un efecto de vasoconstricción a nivel general, provocando que los vasos se contraiga y que la circulación sea peor en todas las zonas en las que el vaso está constreñido. La fractura es una zona que necesita de una buena circulación sanguínea para que los fragmentos del hueso se puedan solar, por lo que una vasoconstricción sería muy perjudicial.
Necrosis
Por último, otra de las consecuencias que vienen provocadas por el tabaco y la mala circulación a los huesos es que, aunque no estén rotos, puede darse la situación en la que se necrosen, con lo que ello supone. Para quién no lo sepa, la necrosis es la muerte del tejido óseo en algunas localizaciones como la cabeza del fémur o la cabeza del húmero.
Aquellas personas que se tienen que enfrentar a este problema se encontrarán con la necesidad de tener que ponerse una prótesis en los casos más severos o como consecuencia de la prolongación del problema durante más tiempo.