¿Cuándo se recomienda hacer una infiltración?

Es muy posible que en más de una ocasión hayas escuchado hablar de las infiltraciones, que son técnicas que se usan para aliviar el dolor o para la reparación de tejidos en diferentes lesiones musculoesqueléticas. Tienen distintos efectos en función del tipo de lesión a tratar, por lo que conviene conocer cuándo se recomienda hacer una infiltración y la manera en la que se hace.

Índice

¿Qué es una infiltración?

Las infiltraciones son una herramienta realmente útil para tratar las patologías relacionadas con el sistema musculoesquelético, una técnica que permite llegar antes y mejor a la zona afectada para favorecer su recuperación.

Una infiltración es un procedimiento médico que consiste en la inyección de una sustancia en el interior de una articulación o tejido que presenta dolor.  De esta manera, se puede usar para aliviar el dolor o para curar lesiones en algunos casos, principalmente en lesiones de tendones, músculos y ligamentos.

¿Cuándo se recomienda hacer una infiltración?

A la hora de saber cuándo se recomienda hacer una infiltración, nos encontramos con que existen principalmente dos casos en los que se recomienda optar por ella.

Uno de ellos es en aquellos casos en los que existe una lesión aguda o cuadros de dolor de gran intensidad, en los que es necesario aliviar rápidamente el dolor, a pesar de que en este tipo de situaciones no se persigue que haya un objetivo curativo de las lesiones que el paciente sufra.

También se recurrirá a ellas en el caso de lesiones de mayor duración, ya sean semanas o meses, en las que resulte necesario estimular los procesos naturales de curación de las lesiones, con la finalidad de restaurar de la manera más completa posible los tejidos o bieen tratar de conseguir que el efecto de alivio de dolor sea más prolongado.

Ante estas situaciones en las que se recomienda recurrir a la infiltración, es también necesario recalcar que es una técnica que no está indicada en aquellos casos en los que la zona a tratar cuenta con una infección activa o presencia de lesiones tumorales, situaciones en las que habría que desestimar su uso.

¿Qué se inyecta en una infiltración?

Cuando se realiza una infiltración, nos encontramos con que puede haber diferentes tipos de ellas, por lo que hay que saber qué es lo que se puede inyectar en ellas:

  • Antiinflamatorios y analgésicos de acción rápida. En las infiltraciones se pueden inyectar antiinflamatorios y analgésicos de acción rápida, en las cuáles se recurre al uso de antinflamatorios no esteroideos, anestésicos y también corticoides. En este caso, tienen una duración menor del efecto y acostumbran a estar asociados a algún tipo de inconveniente, ya que interrumpen el proceso natural de curación de los tejidos a cambio de hacer que el dolor se reduzca.
  • Moduladoras del ambiente inflamatorio de las articulaciones, como es el caso del ácido hialurónico, que de esta forma pueden aportar una mejoría en el dolor en aquellos casos en los que el paciente sufre de una artrosis incipiente.
  • Terapias regenerativas, que tienen como finalidad el modificar de una forma positiva las lesiones que sufre el paciente. De esta forma se busca estimular los procesos naturales de curación de los tejidos, favoreciendo la creación de tejido nuevo y haciendo que, en algunos casos, se puedan curar las lesiones. Dentro de estas terapias podemos encontrar las siguientes:
    • Proloterapia. En este caso se trata de una técnica que recurre al uso de sustancias irritantes como dextrosa, que hacen que se pongan en marcha los procesos de curación y regeneración de los tejidos.
    • Plasma rico en plaquetas. Hace uso de factores de crecimiento que provienen de las plaquetas y el plasma del propio paciente y al mismo tiempo estimula los procesos de curación y regeneración de diferentes tejidos.
    • Concentrados celulares. En ellos hay células madre que se encargan de aportar un mayor estímulo para regenerar y curar los tejidos.
  • Terapias analgésicas moduladoras del dolor. Son terapias neurales que utilizan generalmente anestésicos y otro tipo de fármacos y que tienen por objetivo reducir la irritabilidad de los nervios que son los encargados de transmitir la sensibilidad olorosa, sobre todo en aquellos casos de dolor crónicos por diferentes causas.

Cómo se hace una infiltración

A pesar de que los detalles acerca de una infiltración pueden variar en cada caso, sí se puede decir que siempre procede a inyectar los fármacos o sustancias en el lugar de la lesión o muy cerca de la misma. Además, en ocasiones puede ser utilizar un anestésico superficial para la eliminación del dolor del procedimiento.

Dependiendo de la lesión a tratar y del objetivo que se persiga, la infiltración tendrá una mayor o menor complejidad. Así puede tratarse de un procedimiento sencillo y rápido que requiera tan solo unos minutos y en el que solo se utilice un corticoide y un anestésico. En estos casos, la persona se puede ir a su casa poco tiempo después, unos minutos más tarde de la infiltración, sin que se requiera de ningún tipo de reposo.

La infiltración puede ser, no obstante, más complicada y la técnica puede ir aumentando en dificultad en función de la zona a tratar, del uso de herramientas para poder guiar el procedimiento, de la gravedad de la lesión, de la experiencia del profesional y del tiempo necesario para obtener la sustancia a infiltrar en el caso de que se empleen células o sustancias que puedan proceder del propio paciente.

Asimismo, a medida que es más compleja la infiltración, puede llegar a darse el caso de que sea necesario el uso de algún tipo de sedación o anestesia, de forma que el paciente, en este tipo de situaciones, puede verse obligado a mantener el reposo durante unos días o unas horas. El progresivo avance en el uso de técnicas de infiltración cada vez más complejas y precisas, permite que se lleve a cabo el tratamiento de técnicas cada vez más complejas y con cada vez mejores resultados, de manera que resulta muy favorecedor para conseguir tratar los problemas de los pacientes.