Las infiltraciones lumbares son utilizadas para reducir el dolor logrando que se alivie el dolor rápidamente, y que se mejore la incapacidad funcional, incrementando los grados de flexión en el tronco. Se recurre a ellas con frecuencia para tratar de evitar la necesidad de tener que llevar a cabo una cirugía o un procedimiento de mayor importancia.
Índice
¿Qué son las infiltraciones lumbares?
Las infiltraciones lumbares son la aplicación de una inyección de corticoides, que son los antiinflamatorios que tienen una mayor eficacia para poder hacer frente al dolor. Asimismo, también se utilizan para poder inhibir la vasodilatación, reduciendo el edema, reduciendo el exudado celular y el depósito de fibrina en el área inflamada.
El tiempo de reposo una vez realizada una infiltración lumbar se aconseja realizar un reposo de 24 horas y 48 horas. Hay que tener en cuenta que, a la hora de realizar las infiltraciones lumbares no se nota un efecto inmediato de alivio del dolor. De hecho, incluso es posible que durante las primeras ocho horas, el dolor puede incrementar o se puede tener una sensación extraña. Sin embargo, una vez que consigue hacer efecto la infiltración lumbar se comienza a reducir el dolor.
¿Para qué sirven las infiltraciones lumbares?
La columna lumbar es compleja, con muchas estructuras anatómicas capaces de generar dolor. En muchas ocasiones, incluso aunque se lleven a cabo pruebas de imagen no se es posible determinar el origen exacto del dolor, de forma que hay que llevar a cabo infiltraciones lumbares selectivas que consisten en bloquear de manera sucesiva los diferentes puntos que pueden llegar a provocar ese dolor que sufre el paciente; y de esta manera es posible determinar qué es lo que produce dolor. En base a ello se podrá ajustar un tratamiento que pueda responder a las necesidades del paciente y le ayude a solucionar su problema.
Al introducir la medicación cuando se realizan las infiltraciones lumbares nos encontramos con que es posible mejorar los síntomas, siendo la medicación más empleada en una infiltración el corticoide. Estos se utilizan puesto que ayudan a reducir el dolor al mismo tiempo que hacen lo propio con la inflamación.
De igual manera, hay que tener en cuenta que existe la posibilidad de hacer uso de otras sustancias en las infiltraciones lumbares, como pueden ser el ozono, los factores de crecimiento o la toxina botulínica, entre otros.
Existen diferentes tipos de infiltraciones lumbares, por lo que optar por una u otra alternativa dependerá de cada caso en particular. El propio facultativo será el que tenga que determinar cuál es la mejor opción en cada caso en particular. De esta manera se puede afrontar de una mejor manera la forma de actuar ante un paciente que está sufriendo dolores.
Las infiltraciones lumbares, como ya hemos explicado, hay que tener en cuenta que no son un método para curar una lesión o problema, sino que se utilizan para tratar de de aliviar los síntomas que sufre el paciente, al mismo tiempo que puede ayudar de cara al diagnóstico de la lesión, determinando el punto en el que tiene lugar ese dolor.
¿Cuánto dura el efecto de las infiltraciones lumbares?
Las infiltraciones lumbares y su efecto puede llegar a durar desde una semana a tres mese o incluso más, pudiendo llegar a realizar dos infiltraciones más en el caso de que así se considere necesario por parte del especialista.
Hay que tener claro que no tienen efecto curativo, sino que tan solo reducen el dolor, por lo que es muy conveniente que se trata de encontrar la causa que provoca el dolor y actuar rápidamente sobre ella para evitar que se sigan dando estos episodios de dolor en el futuro.
¿Tienen efectos secundarios?
Otro de los puntos que preocupan a muchas personas y al que vamos a hacer referencia a continuación tiene que ver con los efectos secundarios de las infiltraciones lumbares, que hay que tener muy en cuenta. Entre ellos se encuentra la isquemia de las estructuras nerviosas, que pueden llegar a generar embolismos, también por traumas o lesiones directas en el tejido donde se infiltra, abscesos o hematomas, alergias, hipertensión, espasmos y parálisis.
Entre otros efectos secundarios que pueden darse aunque son menos comunes tenemos que destacar los siguientes:
- Infecciones
- Roturas tendíneas
- Shock anafiláctico
- Atrófia cutánea
- Artropatía de Charcot
- Efectos sistémicos: hipertensión descontrolada o hiperglicemia
- Osteonecrosis
Estructuras implicadas en el dolor de la columna
En lo que respecta a las estructuras que están relacionadas con el dolor en la columna, hay que tener en cuenta que son las siguientes:
- Discos intervertebrales
- Articulaciones facetarias
- Ligamentos
- Fascia
- Músculos
- Raíces nerviosas
Posibles causas del dolor en la columna
Entre las posibles causas que pueden llegar a provocar el dolor en la columna y que hacen que se recurra a infiltraciones lumbares, hay que tener en cuenta las siguientes:
- Estenosis de canal
- Estenosis del agujero de conjunción
- Estenosis del agujero intervertebral
- Prolapso discal
- Osteofitos
- Radiculitis química
- Dolor residual tras cirugía de columna
- Distensión o esguince lumbar
- Subluxación de las superficies articulares
- Hernia de disco
- Alteraciones de las superficies articulares
¿Cómo se produce el dolor en la columna?
A la hora de llevar a cabo infiltraciones lumbares, estas se realizan ante los problemas mencionados, además de ser necesario tener en cuenta algunos detalles para entender mejor el problema, como es el caso de saber cómo se produce el dolor en la columna.
En este sentido, para que se produzca dolor en la columna debe existir una irritación química e inflamación de la raíz del nervio. El núcleo pulposo del disco herniado cuenta con unos niveles altos de bradicinina, histamina, fosofolipasa A2, prostaglandinas y leucotrienos, que pueden iniciar una casaca de inflamación.
Cuando se produce una fisura anular en el disco, estas sustancias son liberadas por el núcleo, dando origen a que se produzca radiculitis. En este caso, las infiltraciones lumbares con corticoides actuarían estabilizando la membrana al mismo tiempo que bloquean la actividad de la fosfolipasa A2; haciendo que se prolongue la inhibición de la descarga neuronal; y procediendo a suprimir la sensibilización neuronal del asta dorsal de la médula espinal.