Qué es la distrofia refleja

Para todo paciente es importante conocer en profundidad la enfermedad que padece, ya que de esta manera resulta mucho más sencillo saber cómo hacerle frente. Por esta razón, en esta ocasión vamos a hablar de la distrofia refleja, de manera que puedas conocer tanto en qué consiste como su prevalencia en la sociedad y sus respectivos síntomas, diagnóstico y tratamiento. Sigue leyendo para conocer todo lo que necesitas saber al respecto.

Índice

¿Qué es la distrofia refleja?

La distrofia refleja es un trastorno que puede venir provocado por diferentes causas, siendo habitual que venga dado como consecuencia de una fractura o un golpe, y que se caracteriza por hacer que el paciente sufra de un dolor en una región del cuerpo, ya sea una mano, un pie, una extremidad…, siendo este dolor continuo, difuso y persistente, como si se tratas de una quemazón, y que empeora cuando se mueve la extremidad.

Además, es habitual que esté acompañado de hinchazón en toda la región en la que se sufre el dolor, así como alteraciones en la propia temperatura y la coloración de la piel.

Prevalencia

La distrofia refleja puede aparecer a cualquier edad, por lo que es posible llegar a diagnosticar este problema tanto en un niño como en  una persona anciana. No obstante, sí que es cierto que lo más habitual es que aparezca en edades medias de la vida, entre los 50 y los 60 años de edad. Además, hay que tener  presente que afecta tanto a las mujeres como a los varones.

Causas de la distrofia refleja

Se desconoce la causa que puede ocasionar una distrofia simpático refleja, ya que se pueden implicar diferentes factores en su desarrollo. Existen algunos factores bien conocidos que puedan hacer que favorezca  la aparición de este tipo de problema.

Por esta razón, el motivo más frecuente por el que se padece de una distrofia refleja es por culpa de un traumatismo o una fractura, pero también puede aparecer tras sufrir un infarto de miocardio o apoplejía.

Entre los factores desencadenantes de este problema se encuentran: traumatismos, fracturas, cirugía ortopédica, infarto de miocardio, enfermedad del sistema nervioso, enfermedades pulmonares, fármacos, y factores psicológicos como el estrés emocional.

Síntomas de la distrofia refleja

En lo que respecta a los síntomas de la distrofia refleja, nos encontramos con que el dolor es le principal síntoma, estando acompañado por lo general de una hinchazón en toda la zona dolorosa, un dolor que tiene unas características propias que hacen que se conozca como dolor neuropático. De hecho, es habitual que se presente con calambres, aumento de la sensibilidad frente al dolor (hiperalgesia) y de alodínia, que son dolores frente a pequeños estímulos como el tacto leve o el roce de la ropa que provocan gran dolor.

También es habitual que el paciente sufra de hiperpatía, que hace que el paciente sienta una reacción dolorosa exagerada frente a un estímulo. Es frecuente que se padezca de alteraciones en la sensibilidad de la piel, con zonas más sensible al tacto que otras.

El dolor en la distrofia simpático refleja es de forma continuada, de manera moderada o gran intensidad, y se acompaña de cambios de coloración y la temperatura de la piel, que en ocasiones puede estar enrojecida y caliente y en otros violácea y fría. De igual forma, en algunos casos se puede apreciar un incremento de la sudoración en la zona del dolor.

Diagnóstico de la distrofia refleja

En lo que respecta al diagnóstico de la distrofia reflejaexisten grandes dificultades para ello al no existir ninguna prueba específica para confirmar que un paciente tiene o no esta enfermedad. Además de la exploración física, así como de los síntomas y molestias que explica el paciente, existen una serie de pruebas que pueden ayudar al médico a realizar el adecuado diagnóstico de la enfermedad, que es clave para determinar el mejor tratamiento para este problema.

Entre las pruebas que se pueden utilizar para poder diagnosticar la enfermedad, nos encontramos con radiografías, pruebas de laboratorio, gammagrafía ósea y termografía.

Tratamiento de la distrofia refleja

Una vez conocido el diagnóstico de la distrofia refleja, hay que tener en cuenta que esta tiene tratamiento, pero es importante iniciarlo lo antes posible una vez determinada la enfermedad. Y es que cuánto más se retrase el tratamiento, más difícil se hace controlar y mitigar el dolor.

Por lo general es un trastorno leve y se consigue obtener una mejora progresiva hasta que remiten los síntomas, aunque en algunos pacientes con síntomas severos puede llegar a resultar complicado de tratar.

Los tratamientos más utilizados para hacer frente a esta enfermedad son los siguientes:

  • Fisioterapia. El tratamiento de rehabilitación es fundamental y está recomendado en la mayoría de los pacientes que sufren de una distrofia refleja. Habitualmente se combina con otros tratamientos enfocados a mitigar el dolor. El objetivo de la fisioterapia no es otro que el de mantener la movilidad en la extremidad o articulación afectada, evitando su rigidez y la contractura muscular que se encuentra asociada al propio dolor. Para ello se re recurre al uso de diferentes técnicas como la electroestimulación transcutánea o los ultrasonidos, entre otros.
  • Medicamentos. Asimismo, también se usan diferentes fármacos, pudiendo destacar los analgésicos tópicos que actúan de forma local sobre la piel, los nervios y los músculos doloridos, así como los fármacos corticosteroides, analgésicos opioides, antidepresivos, y antiepilépticos o anticonvulsivos.
  • Anestésicos locales. Consisten en inyectar de forma local un anestésico con el fin de bloquear de manera temporal el sistema nervioso simpáticos, ya que en algunas ocasiones esto sirve para poder disminuir el dolor. En función de dónde afecte la distrofia reflejase realizará la inyección en una zona u otra del cuerpo.
  • Simpatectomia quirúrgica. Esta es una técnica quirúrgica compleja que necesita de un personal médico entrenado. En este caso se lleva a cabo con pacientes con distrofia refleja que tienen un dolor severo y para los cuáles no han servido el resto de los tratamientos, siempre y cuando el bloqueo con anestésicos locales haya resultado eficaz durante cierto tiempo.