Qué es la artritis reactiva

La artritis reactiva es un término que se usa para describir aquella artritis que aparece tras una infección intestinal o génito-urinaria. Antes llamada síndrome de Reiter, se caracteriza por presentar diferentes síntomas como inflamación de las articulaciones (artritis), inflamación en algunas partes del ojo (uveítis o conjuntivitis), inflamación del conducto por el que se expulsa la orina (retritis), úlceras o llagas en la boca, diarrea y lesiones cutáneas.

Índice

Causas de la artritis reactiva

La artritis reactiva está causada en muchos pacientes por una infección localizada en el tracto urinario o intestinal. Existen dos formas en las que se puede presentar una artritis reactiva, la forma venérea ocurre por contacto sexual y es producida con mayor frecuencia por una bacteria denominada Chlamydia, así como la forma disentérica es producida por las bacterias Salmonella, Shigella, Yersinia o Campylobacter, al ingerir alimentos contaminados por dichos gérmenes.

Es importante diferenciar la artritis reactiva de la artritis infecciosa, ya que mientras en la primera se produce una reacción del organismo a derivados de las bacterias cuando ya no hay infección, en la artritis infecciosa la bacteria es la que provoca la artritis y necesita un tratamiento urgente con antibióticos.

Síntomas de la artritis reactiva

A la hora de hablar de los síntomas de la artritis reactiva, nos podemos encontrar principalmente con los siguientes:

  • Síntomas previos de infección: En la forma venérea pueden ser escozor, dolor, irritación, picor, secreciones vaginales o por el pene. Lo habitual es la diarrea, que en ocasiones se presenta con sangre y moco y puede venir acompañado de vómitos. Estos síntomas tienen lugar entre 1-4 semanas antes de que comience la artritis.
  • Artritis: el paciente con artritis comienza sin traumatismo aparente, con dolor e hinchazón en el tobillo, la rodilla, el talón o los dedos del pie, aunque también pueden afectar a la parte baja de la espalda, los codos o las manos. La artritis reactiva puede afectar a las articulaciones, tendones y a la parta baja de la espalda.
  • Lesiones en la piel: Pueden producirse también manifestaciones no articulares en la artritis reactiva, como lesiones descamativas en las palmas de las manos y las plantas de los pies, que son similares a la psoriasis. También pueden aparecer lesiones mucosas rojizas y con descamación en zona externa del pene.
  • Úlceras en la boca que generalmente no dan ningún tipo de molestia.
  • En el ojo: conjuntivitis, que es una simple irritación que dura de 1 a 3 días o uveítis o iritis que provoca dolor y enrojecimiento en el ojo y empeora cuando se mira a la luz brillante, que requiere atención médica urgente de un oftalmólogo.
  • Síntomas generales: es un brote inflamatoria es frecuente que se asocie fatiga, cansancio o fiebre si la inflamación de las articulaciones es muy aguda. Pueden aparecer atrofia y debilidad muscular.

Asimismo, hay que tener en cuenta que la artritis reactiva afecta en muy pocas ocasiones a órganos internos como el corazón, el pulmón o o el riñón. Los síntomas de la artritis reactiva pueden ser similares a los que ocurren en la artritis psoriásica, la enfermedad inflamatoria del intestino y la artritis por gonococo. Estas enfermedades pueden producir lesiones en la piel o diarrea.

Diagnosis de la artritis reactiva

En este sentido hay que tener en cuenta que para detectar la artritis reactiva no existe una única prueba para llegar al diagnóstico. Es necesario investigar la presencia actual o previo del germen causante, aunque esta en muchas ocasiones no es fructuosa en un gran número de casos.

Se deben tomar muestras para el cultivo de la uretra, el cuello del útero, de la primera orina de la mañana, del líquido articular y de las heces. En casos venéreos el médico recomendará que el otro miembro de la pareja también se realizará pruebas.

En los análisis generales se encuentran pocos datos anormales, destacando alteraciones inespecíficas de la inflamación, como velocidad de sedimentación globular, proteína C reactiva y otras pueden estar elevadas. Puede existir una leve anemia.

Tratamiento de la artritis reactiva

Existen diferentes opciones de tratamiento para la artritis reactiva, que son las siguientes:

Antibióticos

Aunque la enfermedad es provocada por una infección previa, los antibióticos no suelen estar indicados en casos de artritis. Sin embargo, en algunos pacientes se prescriben si existen dudas de que se tratará correcatmente la infección inicial, sobre todo en casos venéreos. El tratamiento con antibióticos durante varios meses no altera en la mayoría de los casos la evolución y desarrollo del proceso artrítico.

Tratamiento de la artritis

El tratamiento de la artritis reactiva depende de la intensidad del dolor y la inflamación, así como el número de articulaciones que se vean afectadas,. En la artritis aguda son útiles la aplicación de frío en la articulación, el reposo y los antiinflamayorios, siendo importante no sobrecargar la articulación que se encuentra inflamada.

En algunos casos se ponen férulas de material elástico para inmovilizar la articulación. También se aplica hielo o bolsas térmicas durante 10 minutos para aliviar el dolor rápidamente. Asimismo, hay que tener en cuenta que es necesaria la actividad muscular y el ejercicio físico diario para evitar la atrofia muscular.

Los ejercicios isométricos que ayudan a no perder fuerza y contribuyen al movimiento de la articulación. El ejercicio es algo muy importante en el caso de personas que sufren de artritis de la columna vertebral. En este sentido, se recomienda especialmente la natación, una buena forma de ejercicio porque ayuda a conservar la flexibilidad en cuello, espalda, cadenas y hombros. Por otro lado, no existen recomendaciones dietéticas especiales para los pacientes.

Asimismo, hay que tener en cuenta que existen muchos antiinflamatorios que pueden ser eficaces, aunque la dosis y el tipo de fármaco puede ser diferentes para cada individuo, pero siempre ahay que buscar el que provoque menos efectos adversos.

Cirugía

La cirugía por lo general no se necesita en la artritis reactiva. Una articulación dañada se puede sustituir por una articulación artificial o prótesis. La indicación será en aquellos casos en los que la articulación sea incapaz de realizar su función, habitualmente en la rodilla y la cadera.