El Fenómeno de Raynaud recibe su nombre de Maurice Raynaud, quién dio nombre a este trastorno que se caracteriza por la reducción de la circulación sanguínea en los dedos de manos y pies y que provoca dolor y cambios de coloración en los mismos. Asimismo, hay ocasiones en las que puede afectar a otras zonas del cuerpo, como orejas, nariz o labios, y que está desencadenado por cambios de temperatura (principalmente como consecuencia del frío) y las situaciones de estrés y de gran emoción.
La reducción de la circulación sanguínea en pies y manos viene dada por una contracción de los vasos sanguíneos, lo que hace que la llegada de sangre se ralentice, provocando que sea complicada la llegada de sangre y provocando que haya una oxigenación en la piel que se aprecia en un cambio de coloración.
Aparece con una mayor frecuencia en las mujeres, en la segunda o tercera década de su vida. Cualquier persona expuesta al frío intenso puede experimentar una disminución de la circulación sanguínea distal, pero cuando se padece del Fenómeno de Raynaud, la sensibilidad a los pequeños cambios de temperatura hace que no se pueda ni siquiera estar en una habitación con aire acondicionado y ya se notan los síntomas.
Índice
Causas del Fenómeno de Raynaud
El Fenómeno de Raynaud secundario se asocia a enfermedades reumáticas del colágeno o autoinmnues, apareciendo con una mayor frecuencia en la esclerodermia y en el síndrome de Sjogren, pero también puede aparecer en otros tipos de artritis.
Asimismo, también pueden presentarlo aquellas personas que trabajan con herramientas vibratorias, como los martillos neumáticos, así como determinados medicamentos que provocan una contracción de los vasos sanguíneos.
Síntomas del Fenómeno de Raynaud
Los síntomas del Fenómeno de Raynaud aparecen en situaciones de frío, emociones o estrés alto, apareciendo de forma episódica y como ataques o brotes que durante entre unos diez y quince minutos, aunque pueden llegar a prolongarse varias horas.
Los ataques en este caso son reversibles y en pocas ocasiones provocan daños en los tejidos. Es importante no confundirlos con otros procesos isquémicos como la vasculitis o trombosis, que en su caso provocan daños estructurales y son irreversibles.
Entre los síntomas más frecuentes por quienes padecen del Fenómeno de Raynaud tenemos que destacar los siguientes:
- Cambios en la coloración de la piel, pasando de blanca a azul y luego a roja/morada.
- Dolor en los dedos cuando estos están fríos.
- Hinchazón, dolor u hormigueo cuando se recupera el flujo de la sangre.
- En los casos más graves aparecen úlceras en la piel y pérdida de estructuras en la parte distal de los dedos.
Diagnóstico del Fenómeno de Raynaud
Si una persona tiene los síntomas mencionados, debe acudir al médico para que estudie su caso y pueda descargar otros problemas con los que pueda compartir síntomas. Por ello, en primer lugar el facultativo realizará unas preguntas acerca de los síntomas, acompañado de un reconocimiento médico general.
A través de análisis generales y especiales permitirán conocer si el Fenómeno de Raynaud se encuentra asociado a alguna otra enfermedad. Habitualmente se recurre a la capilaroscopocia para poder determinar anormalidades vasculares.
El pronóstico del Fenómeno de Raynaud está relacionado de forma directa con la causa que lo provoca, y dependiendo de su intensidad se podrán adoptar las medidas más apropiadas para hacerle frente.
Tratamiento del Fenómeno de Raynaud
En primer lugar conviene tener en cuenta que no existe tratamiento curativo para el Fenómeno de Raynaud. Sin embargo, sí que existen normas y tratamientos para buscar evitar que este provoque ataques o daños. Es fundamental que toda persona que sufra de este problema se esfuerce en seguir las medidas de protección y cuidado de la piel, que son incluso más importantes que los medicamentos para poder hacer frente al problema.
A pesar de que como decimos no hay un tratamiento para el Fenómeno de Raynaud, sí que existen una serie de medidas que puede adoptar el paciente y que serán de gran utilidad para poder hacerle frente, y estas son las siguientes:
Protección del frío
Es importante que todo paciente que sufra el Fenómeno de Raynaud sea consciente de la necesidad de abrigarse bien frente al frío, no solo las manos y los pies, sino todo el cuerpo, incluyendo la nariz, las orejas o los labios. Es importante protegerse de la sensación de frío, y en invierno no se podrá dejar de lado la ropa de abrigo de todo tipo, desde chaquetas o jerséis hasta sombreros, gorros, bufandas, calcetines gruesos, botas…, elementos importantes en invierno.
Además, es importante abrigarse a la hora de entrar en habitaciones con aire acondicionad, debiendo evitar el contacto con el frío, tocar agua en labores del hogar o al coger alimentos fríos del congelador o la nevera.
Protección de la piel
Por otro lado, es importante que la piel se encuentre bien hidratada para evitar que aparezcan cortes, rozaduras y grietas que tardan más tiempo en curarse, así como utilizar cremas suavizantes, jabones suaves y lociones para las uñas. Cuando se corten las uñas hay que hacerlo con cuidado para evitar que no se produzcan heridas.
Relajación
Además de lo anterior, es importante para hacer frente al Fenómeno de Raynaud la relajación. El estrés puede llegar a ser el desencadenante de un ataque, por lo que se aconseja realizar ejercicios aeróbicos y relajantes, así como otras de las técnicas que se emplean habitualmente para hacer frente al estrés.
No se debe fumar porque el tabaco provoca vasoespasmo en todo el cuerpo, y daños en los vasos sanguíneos, que pueden provocar la aparición de episodios del Fenómeno de Raynaud e incluso agravar el problema.
Si aparecen ulceraciones o heridas hay que evitar las infecciones, necesitando para ello un tratamiento específico por el médico.
Tratamiento médico
No existen medicamentos específicos para poder tratar el Fenómeno de Raynaud, pero sí que se utilizan otros para tratar la tensión arterial o los problemas cardíacos que son efectivos.
Tratamiento quirúrgico
En última instancia, el paciente podría verse sometido a una cirugía, cortando los nervios que provocan el estrechamiento de los vasos. Esta solución solo se aplica en los casos más graves.