¿Por qué se realiza la laminectomía?

Son muchas las personas que se preguntan qué es la laminectomía, aunque se trata de un término que habitualmente no nos encontramos en nuestro día a día. Sin embargo, si quieres conocer en profundidad tu columna vertebral y los diferentes problemas y soluciones a los mismos que puede haber, es importante saber estos conceptos..

Índice

¿Qué es una laminectomía?

Una laminectomía es una cirugía mediante la cual se busca crear un espacio entre la extracción de la lámina, que es la parte posterior de la vértebra que se encarga de cubrir el conducto vertebral. Se conoce también como cirugía de descompresión, y es que se encarga de agrandar el mencionado conducto vertebral con la finalidad de aliviar la presión sobre la médula espinal o los nervios, dando así solución al problema que se pueda llegar a sufrir en esta parte de la espalda.

Por norma general hay que tener en cuenta que esta presión viene provocada por el crecimiento excesivo del hueso dentro del conducto vertebral. Esto puede suceder con frecuencia en aquellos pacientes que sufren de artritis en la columna vertebral.

Este crecimiento excesivo en ocasiones son considerados y llamados espolones óseos, si bien hay que tener en cuenta que se trata de un efecto secundario habitual del propio proceso de envejecimiento en algunas personas.

Por otro lado conviene recordar que se acostumbra a recurrir a la laminectomía solo en aquellas ocasiones en las que los tratamientos más conservadores, como es el caso de la fisioterapia, inyecciones o medicamentos, y no lograron aliviar los síntomas sufridos. De esta manera, se busca una solución que permita al paciente disfrutar de un mayor bienestar y liberarse de este problema.

Asimismo, hay que tener presente que la laminectomía también acostumbra a ser recomendada en aquellos casos en los que los pacientes también sufren de síntomas que son graves o bien si estos empeoran de una manera drástica. Así, se busca atajar el problema con la mayor celeridad posible con el fin de hacer que el paciente pueda liberarse de los dolores y molestias que sufre por este motivo.

¿Por qué se realiza la laminectomía?

El crecimiento óseo excesivo dentro del conducto vertebral puede provocar a que se estreche el espacio disponible tanto para la médula espinal como los nervios. A causa de esta presión, el paciente que la sufre puede sufrir de dolor, debilidad o entumecimiento; y este se puede extender hacia las piernas o los brazos.

Debido a que la laminectomía consigue restablecer el espacio que es necesario para que el conducto vertebral no provoque ese daño, hay que tener en cuenta que no cura la artritis. Sin embargo, es más eficaz para el alivio de los síntomas que vienen provocados de la compresión de los nervios que para el alivio del dolor de la espalda que está provocado por las articulaciones de la columna vertebral.

El especialista puede recomendar al paciente que se haga una laminectomía en los siguientes casos:

  • Cuando el tratamiento conservador que ha sido recomendado inicialmente, como es el uso de medicamentos o la fisioterapia, no consigue mejorar los síntomas del paciente.
  • En aquellos casos en los que existe una debilidad muscular o entumecimiento que provocan que exista dificultad tanto para caminar como para permanecer de pie.
  • Si se comienza a perder el control intestinal o la vejiga.

En determinados casos, la laminectomía puede llegar a ser necesaria como parte de la cirugía de cara al tratamiento de una hernia de disco intervertebral. En este tipo de situaciones es posible que el cirujano necesite extirpar parte de la lámina para poder tener así acceso al disco dañado.

Riesgos

La laminectomía se trata de un procedimiento quirúrgico que se considera seguro, si bien, al igual que sucede con cualquier otro tipo de cirugía, se pueden llegar a presentar complicaciones, como pueden ser la existencia de sangrados, infección, lesión nerviosa, coágulos sanguíneos o derrame del líquido cefalorraquídeo.

Preparación de la operación

Para llevar a cabo esta cirugía es necesario que se tenga en cuenta una serie de consideraciones previas, debiendo evitar comer o beber durante una determinada cantidad de tiempo antes de la cirugía. Esta indicación vendrá dada por parte del propio especialista, que será quién deba indicar las instrucciones específicas necesarias acerca de los tipos de medicamentos y cuáles se deben tomar o evitar antes de ser sometido a esta cirugía.

La cirugía

Por lo general, a la hora de llevar a cabo la laminectomía, los cirujanos recurren a anestesia general, lo que implica que el paciente estará inconsciente durante el procedimiento. Después de la cirugía, el paciente es trasladado a una sala de recuperación, donde el especialista examinará si hay complicaciones de la cirugía y la anestesia, también pudiendo pedir que este mueva sus brazos y piernas; y también podrían recetarse medicamentos para aliviar el dolor en el lugar de la incisión.

Un punto a considerar es que es posible irse a casa el mismo día de la cirugía, aunque es posible que algunas personas necesiten una estadía corta en el hospital. De hecho, es probable que el especialista recomiende sesiones de fisioterapia tras haber sometido a una intervención de laminectomía para que así se pueda mejorar la fuerza y la flexibilidad.

En función de la cantidad de veces que haya que levantar cosas, caminar y sentarse en el trabajo, se podrá regresar al trabajo en coas de apenas unas semanas; y si se realiza junto a una fusión espinal, se necesitará un tiempo de recuperación mayor.

Resultados de la laminectomía

Es importante tener en cuenta que en la mayor parte de los casos, el ser sometido a una laminectomía supone una mejora considerable de los síntomas, especialmente en lo que se refiere a la reducción del dolor que se extiende  hasta las piernas o los brazos.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que este beneficio se puede ir reduciendo a lo largo del paso del tiempo si se tiene algún tipo de artritis particularmente agresivo. Es menos probable que la laminectomía sirva para mejorar el dolor que se sufre en la propia espalda.