En la mayoría de las ocasiones, cuando nos encontramos ante una hernia discal, estas se resuelven por ellas mismas en apenas cuestión de unas semanas, sin que sea necesario intervenir, si bien en aquellas ocasiones en las que se impide la movilidad o provocan un dolor insoportable, será necesario en muchas ocasiones llevar a cabo la operación.
Índice
¿Cómo se trata la hernia discal?
Cuando una hernia discal comprime una raíz nerviosa, ya sea en la zona de la columna cervical o lumbar, la primera opción siempre será la de tratarla con analgésicos y rehabilitación, particularmente con ejercicios para fortalecer la musculatura paravertebral y abdominal, que es la encargada de proteger la columna.
Si una vez hayan pasado entre seis y ocho semanas el dolor persiste, será de consideración por parte del facultativo el determinar si será necesario operar para tratar la hernia discal, ya que una vez que ha pasado este tiempo, será más complicado que la hernia desaparezca por ella misma.
¿Cuándo hay que operar la hernia discal?
Existen diferentes circunstancias en las que hay que operar la hernia , como son las siguientes:
- Impide el movimiento: Cuando la hernia discal afecta a la movilidad del brazo o mano o la pierna o el pie, en función de si se trata de una hernia discal cervical o una hernia discal lumbar, respectivamente, siendo una señal clara de que está provocando daños en el nervio que te permite ese movimiento, lo que hace que sea necesario intervenir para tratar de proteger esta función.
- Dolor insoportable: Si no se consigue calmar el dolor con fármacos y es tan fuerte que hace que el paciente no pueda llevar una vida normal, también se valorará la posibilidad de intervenir sin esperar las seis a ocho semanas estipuladas.
- Síndrome de cola caballo: También debe operarse la hernia discal cuando se da el que se conoce como «síndrome de cola caballo«, como se denomina a aquellas hernias grandes que comprimen todas las raíces nerviosas que bajan hasta el esfínter. En este caso nos encontramos ante lo que se considera una emergencia médica, por lo que hay que tratar de operar lo antes posible.
¿Cómo se realiza la operación de hernia discal?
En la actualidad, para la operación de una hernia discal se realiza una cirugía mínimamente invasiva que permite extraer la hernia. Es importante que sea llevada a cabo por expertos, ya que aunque se trata de una operación sencilla, existe un 5% de posibilidades de que se dañe el nervio o la funda que lo rodea, provocando este último una pérdida de líquido encefalorraquídeo, dando así pie a que se favorezcan infecciones como la meningitis.
Por este motivo, se debe ser muy cauto a la hora de operar una hernia discal y el médico debe estar muy seguro de ellos, siendo una operación fácil que en pocas ocasiones se complica. En muchas ocasiones se opera por lo que indica la propia radiografía, si bien solo hay que operar si da problemas en lo que respecta al dolor y movilidad.
Una vez realizada la cirugía, supone que exista una baja de entre cuatro y seis semanas. Incluso hay personas que se reincorporan antes si tienen un trabajo de oficina que no requiere ningún tipo de esfuerzo.
No obstante, durante los tres primeros meses se recomienda no coger peso ni practicar ejercicio en el gimnasio. En este tiempo se incrementa el riesgo de recaída. La hernia se produce cuando el anillo fibroso se debilita y el núcleo pulposo sale a través del mismo; y una vez extraída la hernia discal, es necesario unas seis semanas para que ese anillo fibrosos se regenere.
Cómo cuidar una hernia
Si sabes que sufres una hernia pero que no te da problemas, es importante saber cómo cuidarla a pesar de que no te esté dando síntomas ni dolor. Debes saber que llevar a cabo una buena higiene postural y evitar aquellos que dañan los discos, sobre todo aquellos que suponen una torsión del tronco. Es básico para que no se agrave.
Asimismo, en los casos en los que no hay que realizar una operación, se recomienda de todas formas una rehabilitación específica para la fortalecimiento de los músculos paravertebrales y la zona abdominal, que son los que protegen la espalda. Cuando esta musculatura consigue estar fuerte, será el momento de que se reduzca la presión sobre el disco, lo que hace que sufran en menor medida, logrando así disfrutar de una mejoría.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que el ejercicio es fundamental para que te puedas recuperar de la hernia discal, sino para evitar que recaigas. Por ello, no hay que dejar de lado nunca el ejercicio físico por todos sus beneficios para la salud.
De esta manera, ya sabes las formas en las que puede verse afectado tu cuerpo si tienes una hernia discal, así como la forma en la que debe enfrentarse a este problema que puede llegar a generar muchas molestias y dolor. Como hemos mencionado, hay que tener en cuenta que, en un principio, se optará por norma general por un tratamiento conservador a base de fármacos y fisioterapia, pero en el caso de que se den algunos problemas más graves en forma de síntomas como los mencionados o bien que se vea que no desaparece la molestia una vez pasadas las ocho semanas, no habrá más remedio que recurrir a la cirugía.
Afortunadamente, en la gran mayoría de las ocasiones, la hernia discal desaparece por ella misma una vez transcurrido ese periodo de tiempo e incluso menos. En cualquiera de los casos, ante este problema o cualquier otro, lo más recomendable es ponerse siempre en manos de un profesional, que tendrá que evaluar cada caso en particular y llevar a cabo las correspondientes pruebas médicas que puedan determinar el estado de la misma y si, por tanto, se opta por un tipo de tratamiento conservador, o en su defecto, es más aconsejable que el paciente pase por el quirófano para tratar este problema de salud.