¿Cómo se trata la espondilolistesis?

A la hora de hablar de la espondilolisis y la espondilolistesis es habitual que haya dudas con respeto a ellas, habiendo personas que no saben diferenciar entre estas. En realidad se trata de dos patologías que están relacionadas entre ellas de manera habitual, y que suelen afectar a la región lumbosacra. La espondilolistesis es el deslizamiento de una vértebra sobre otra, generalmente hacia adelante.

Esta se puede acompañar de la espondilolisis, que es el defecto de unión o fractura de una parte de la vértebra de causa degenerativa, congénita o traumática que provoca una inestabilidad. Cuando se encuentra desplazamiento por ser una espondilolistesis sin espondilolisis se debe, por lo general, a alteraciones degenerativas.

Se habla de espondilosis cuando se produce una rotura en la lámina de la vértebra. Algunas personas nacen padeciendo esta lesión; y otras lo desarrollan como consecuencia de las tensiones que soportan sus vértebras a la hora de practicar algún deporte en el que se estire y gire la columna de manera brusca; o bien porque haya un traumatismo de forma directa.

 

Índice

Causas

La espondilolisis puede venir provocada por un defecto congénito en la columna, la cual suele aparecer unos años después de haber nacido; un traumatismo agudo en la espalda; condiciones degenerativas de la columna; o por una sobre extensión crónica de la espalda que ha venido provocada por algunas actividades deportivas.

Se habla de espondilolistesis cuando se produce un desplazamiento de una vértebra respecto a la inferior. Esta lesión puede venir dada por una espondilosis asociada; o bien por una artrosis interapofisaria, sin que sea necesario que llegue a existir una rotura.

Ocurre entre el quinto hueso de la región lumbar, en la llamada vértebra lumbar, y el primer hueso en el área sacra (pelvis). A menudo se debe a una anomalía congénita en esta área de la columna o a una lesión repentina, con un traumatismo agudo. Se pueden diferenciar dos tipos de espondilolistesis, que son los siguientes:

  • Anterolistesis. En este caso la vértebra superior se desplaza hacia delante sobre la vértebra inferior.
  • Retrolistesis. Se da cuando la vértebra superior se desplaza hacia atrás sobre la vértebra inferior.

Síntomas

La espondilosis no tiene por qué mostrar síntomas, ya que nos podemos encontrar con situaciones en las que haya rotura sin desplazamiento. En el momento que existe desplazamiento es cuando empiezan a aparecer los síntomas.

En todo caso, hay que tener en cuenta que la sintomatología de la espondilolistesis depende del grado en el que se encuentra la lesión, pudiendo clasificar y diferenciar los siguientes grados:

  • Grado 1. Desplazamiento inferior al 25%.
  • Grado 2. Desplazamiento de entre un 25 y un 50%.
  • Grado 3. Desplazamiento de entre un 50 y un 75%.
  • Grado 4. Desplazamiento superior al 75%.

Por lo general, los grados 1 y 2 no suelen provocar dolores de espalda o lumbalgias; mientras que cuando se produce un desplazamiento mayor, como en los grados 3 y 4, es posible que se llegue a provocar una compresión nerviosa o ciática, lo que da origen a:

  •  Rigidez
  • Tensión muscular
  • Sensibilidad en el área de la vértebra lesionada
  • Dolor, entumecimiento u hormigueo en muslos y glúteos
  • Debilidad en las piernas

Tratamiento de la espondilolistesis

El tratamiento de la espondilolisis y espondilolistesis dependerá en gran medida del desplazamiento vertebral y el grado de este. En la gran mayoría de los casos, las personas mejoran acudiendo a un osteópata o un fisioterapeuta; y siguiendo sus recomendaciones sobre estiramientos y ejercicios de fortalecimiento que deben realizar a diario.

Tan solo en los casos de mayor gravedad, en los que se produce una fuerte compresión nerviosa, se necesita de cirugía para poder fusionar las vértebras. En el resto de casos se apuesta por los siguientes tratamientos:

Aplicación de hielo o calor

Una de las opciones de tratamiento para la espondilolistesis y espondilolisis es recurrir a un método que es muy eficaz a la hora de hacer frente a diferentes tipos de problemas, como es la aplicación de hielo o calor, que se emplea habitualmente para poder reducir el dolor localizado.

Por lo general, se recomienda hacer uso de hielo para poder aliviar el dolor o las molestias de manera inmediata tras haber realizado la actividad en la que se ha causado el dolor. Se recomienda la aplicación de calor, por su parte, para poder relajar de manera eficaz los músculos y promover así el flujo de aire y un entorno apto de curación. No se debe aplicar por un periodo de tiempo que sea superior a los 15-20 minutos de forma continuada.

Fisioterapia

Es recomendable también recurrir a un tratamiento que es tan efectivo y preciso como la fisioterapia. En este caso se recomienda la elongación, comenzando con la elongación de los isquiotibiales y progresando con el transcurso del tiempo.

Asimismo, se debe prestar una atención especial a la elongación de los músculos isquiotibiales dos veces diarias para poder aliviar la tensión que existe en la parte baja de la espalda. El profesional analizará cada caso en concreto para diseñar un programa de ejercicios que esté bajo control y que se pueda ir incrementando de manera gradual a medida que pasa el tiempo.

El recurrir a un profesional es una gran opción en todo este tipo de situaciones, ya que podrá valorar cada caso en particular y diseñar un tratamiento de fisioterapia que pueda ser el más idóneo para hacer que el paciente pueda solucionar su problema con la mayor rapidez posible y con la mayor eficacia.

Manipulación manual

Una tercera vía de tratamiento para la espondilolistesis es recurrir a la manipulación manual, donde se confiará en la labor de fisioterapeutas pero también en osteópatas y en otros profesionales de la salud que se encuentren debidamente capacitados para ello. A través de esta técnica será posible reducir el dolor a través de la movilización de la articulación dolorosa de la disfunción.

Hay que ser consciente que a medida que se cumplen años y pasa el tiempo, la curva lordótica se acentúa, por lo que hace que sea imprescindible el realizar tratamientos de fisioterapia junto a ejercicio diario, realizar estiramientos y mantener una  higiene postural adecuada.